Ana Mato, ministra de Sanidad, y Carmen Peña,presidenta del Consejo General de Farmaceuticos.
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Eduardo Ortega Socorro. Madrid
Aunque el principio de acuerdo al que habían llegado Ministerio de Sanidad y Consejo General de Farmacéuticos ya apuntaba en esta dirección, por fin la idea está negro sobre blanco: Los farmacéuticos tendrán competencias en el ámbito de la gestión clínica y serán los responsables del ámbito del medicamento, su uso racional y su seguridad.
A estas competencias se suman otras, como la vigilancia del seguimiento y la adherencia a los tratamientos del paciente, conceptos que se esbozan junto a una mayor participación del profesional en los equipos multidisciplinares. Y esto será una realidad para los profesionales de todos los ámbitos asistenciales (hospital, primaria y farmacia comunitaria), que además deberán cooperar entre ellos.
Este horizonte profesional se ha confirmado durante la presentación de las líneas de trabajo y desarrollo del Pacto por la Sostenibilidad y la Calidad del SNS firmado con los farmacéuticos, en Madrid. Jesús Aguilar, vicepresidente del Consejo General de Farmacéuticos, concreta que lo que se persigue es ir “hacia un modelo de atención integral e integrada”, por lo que habrá que asegurar la participación del farmacéutico en la gestión clínica y sus procesos a través de “conciertos y acuerdos necesarios con las comunidades autónomas y el Ingesa”.
Javier Castrodeza, director general de Ordenación Profesional; Ana Aliaga, secretaria general del Consejo General de Farmacéuticos; Mercedes Vinuesa, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación; Agustín Rivero, director general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, y Jesús Aguilar, vicepresidente del Consejo General de Farmacéuticos.
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Papel clave en cronicidad
Por otro lado, Ana Mato, ministra de Sanidad, reconoce que el SNS tiene ante sí “uno de sus mayores retos”: pasar a un modelo asistencial adaptado a pacientes crónicos y polimedicados. Y considera para ellos, considera fundamental al profesional farmacéutico, que tendrá que integrarse en equipos multidisciplinares sanitarios, para dar una “atención integral al ciudadano”.
Para esto será fundamental el desarrollo de la prestación asistencial farmacéutica en materia domiciliaria y sociosanitaria, aspecto recogido en el acuerdo entre Sanidad y farmacia. Además, se confirma que el farmacéutico tendrá acceso al historial farmacoterapéutico del paciente, fundamental para el seguimiento del tratamiento, aunque para ello será “imprescindible la interoperabilidad entre comunidades autónomas”, explica y reclama Jesús Aguilar.
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